Se recomiendan hacer un esfuerzo adicional para contar con un buen fondo de reserva.

Además de los gastos del personal de servicio y mantenimiento regulares, habrá que enfrentar otros gastos adicionales. Si las paredes presentan rajaduras (grietas) que se presuma que sean estructurales, habrá que contratar un ingeniero que las evalúe; si hay problemas con los ascensores, se tendrán que revisar y reparar; si hay problemas con las bombas, se tendrá que reparar o cambiar, etc.

La gran mayoría de edificios, en especial  más antiguos, cuyas garantías de calidad de la construcción ya vencieron deberán cubrir con recursos propios las reparaciones.

Y si ellas no cuentan con un fondo de reserva bien provisto, las consecuencias en los gastos comunes pueden ser altas. Con certeza se producirán alzas momentáneas, de distinto impacto.

Ante esta realidad, es importante planificar muy bien ¿de qué manera se hará frente a los gastos y con qué recursos?.

Depende de las decisiones de la Junta de Propietarios. Si el edificio tiene un fondo de reserva muy pequeño y que es insuficiente para enfrentar una crisis, la única alternativa será solicitar una cuota extraordinaria a cada propietario. Por el contrario, si se tiene un fondo muy grande, es probable que se realicen los trabajos con cargo a este ahorro.


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