Administracion de Edificios
LAS NORMAS DE CONVIVENCIA EN LOS CONDOMINIOS
Vivir en una comunidad tiene sus
ventajas y desventajas. Cierto es que, generalmente, se vive más seguro que
cuando cualquiera tiene la posibilidad de llegar a tu puerta sin motivo ni
aviso previo, a cualquier hora del día o de la noche, pero también representa
vivir regidos por leyes y regulaciones adicionales a las ya existentes ordenanzas
municipales.
Sí, es muy bonito saber que
generalmente –y digo generalmente porque no todas las Juntas Directivas o
Empresas Administrativas hacen su trabajo como es debido– el césped estará
cortado, los árboles estarán podados, las fachadas y los techos de las
propiedades se mantendrán limpios, los propietarios del lugar no harán construcciones
o modificaciones en sus propiedades en violación a las reglas establecidas, las
calles interiores, estacionamientos y lugares comunes tendrán el mantenimiento
requerido, serán asequibles y reunirán las condiciones requeridas para su total
disfrute y que la seguridad del lugar funcionará como se espera. Hasta aquí,
todo muy lindo, ¿verdad que sí?
Si la Junta Directiva o Empresa
Administradora realiza su labor con diligencia, inteligencia y tacto, no
surgirán enfrentamientos entre propietarios y miembros de la directiva; pero
ante todo hay que pensar que los residentes del condominio y/o edificio no son robots, sino seres humanos
con gustos, anhelos y necesidades propias, y que por otro lado quienes se
ofrecen voluntariamente para cubrir los puestos de la Junta Directiva o Empresa
Administradora distan mucho de ser seres perfectos y de conducirse como tales.
Una de las peores cosas que puede
suceder en cualquier comunidad, regido por una Junta Directiva o Empresa
Administradora, es que quienes ocupen estos cargos carezcan de poder de
análisis, adolezcan de falta de sentido común y práctico, o que se les suban los
humos de mando a la cabeza -algo que
ocurre con alarmante frecuencia-. Sin embargo, esto puede corregirse con un
poco de buena voluntad, si es que existe el deseo verdadero de servir a la
comunidad que se quiere representar.
Los verdaderos conflictos surgen
cuando los miembros de la junta directiva permiten a ciertos propietarios de la
comunidad, violar leyes y regulaciones, mientras hacen imposible el pleno
disfrute de su propiedad a otros dueños –lo cual es penado por la ley–,
acosando a los mismos con regulaciones arcaicas y absurdas, solo por mostrar
predominancia.
Algo a tener en cuenta es la
evolución de la vida y el avance actual de la tecnología. No es lógico ni se
debe obligar a otros a vivir hoy sujetos a leyes y regulaciones creadas en base
a condiciones sociales y tecnológicas predominantes a mediados del siglo
pasado.
Es necesario ajustar o varias las
Normas de Convivencia, para asegurar que el condominio o edificio avance acorde
a los tiempos, a la coyuntura actual, mientras garantiza a los propietarios o
inquilinos, el bienestar y el disfrute que implica vivir en la comunidad.
Adaptación de Publicación en EL NUEVO HERALD por J.A. “Tony”
Ruano es autor del libro “Bienes raíces. Manual práctico de compra, venta y
administración”