SEGURIDAD EN SU EDIFICIO
administracion de edificios |
Vivir
en un edificio o condominio es una alternativa de vida más segura contra robos,
internación de extraños y otras formas de delincuencia, comparado con residir
en una vivienda o casa común y corriente. No obstante, lo que se gana en un
área se pierde en otra, cuando se analiza la realidad en toda su dimensión.
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El
riesgo que provoca la interdependencia de las unidades o departamentos entre
sí, al momento de sufrir uno de ellos un accidente o siniestro, afecta también
al conjunto en su integridad. Esa paradoja o debilidad de las construcciones en
altura es el principal riesgo con el cual sus moradores deben convivir. Por
ello, la organización interna de las comunidades de los edificios juega un
papel fundamental para que este riesgo se minimice.
Las
falencias en materia de seguridad de los edificios comienzan ya en su proyecto,
ya que no existe un organismo especializado de fiscalización tanto de las
empresas que ejecutan la obra como de las autoridades que la aprueban. A esto
se suma la falta de conciencia de los moradores o su indiferencia al adquirir o
arrendar un departamento.
El
diseño del edificio, su altura, su densidad de carga combustible, la superficie
construida, el número de moradores, las instalaciones de gas y electricidad, el
equipamiento de seguridad y la organización de sus comunidades son variables
que determinan el grado de seguridad de un edificio.
Sabemos
que los arquitectos, constructores e ingenieros civiles, por formación, no son
expertos en seguridad, por lo tanto, es lógico que cumplan la ley hasta donde
técnicamente les sea posible o hasta donde la autoridad fiscalice. Prueba de
ello fueron los diseños y construcciones de los conductos de evacuación de
gases en los edificios, situación que sólo se vino a descubrir después de que
hizo obligatoria su revisión.
Cabe
entonces preguntarse: ¿cómo un usuario puede evaluar si está comprando,
arrendando o viviendo en un departamento seguro?