OBRAS Y MANTENIMIENTO EN LAS COMUNIDADES DE PROPIETARIOS
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Una comunidad de vecinos es como una pequeña ciudad. Cada uno tiene sus intereses y sus gustos, pero al final a todo el mundo le interesa que el edificio luzca lo mejor posible. Es normal que surjan roces entre los vecinos, en especial a la hora de hacer frente a las obras y mantenimientos necesarios para garantizar la habitabilidad y seguridad del edificio, sobre todo en la fachada y la azotea.
OBRAS NECESARIAS Y OBRAS DE MEJORA
Antes de entrar a fondo en las obras
en sí, hay que hacer una pequeña parada para establecer la diferencia entre las
obras necesarias y las obras de mejora. Sus nombres ya son bastante
explicativos, pero no está de más recordar que la comunidad de propietarios
está obligada a realizar una serie de obras y trabajos necesarios sin necesidad
de acuerdo de la Junta de propietarios cuando sea para el adecuado
mantenimiento y cumplimiento del deber de conservación del inmueble y de sus
servicios e instalaciones comunes, incluyendo las necesarias para garantizar la
seguridad, habitabilidad y accesibilidad universal, pudiendo acarrear sanciones
para el propietario que se oponga. Por su parte, las obras de mejora suponen
nuevas instalaciones, servicios o mejoras no necesarias para la conservación,
seguridad o habitabilidad del edificio. En este caso, la junta de propietarios
podrá aprobarlas por mayoría.
OBRAS EN LA FACHADA
Las fachadas son la cara de los
edificios, lo que la gente ve. Siempre están a
merced de las inclemencias meteorológicas, la contaminación, lluvia,
sol, etc., así que necesitan un mantenimiento periódico. Cuentan con puntos
singulares como el entorno de las ventanas, cornisas, volados o los aleros, y
una simple inspección visual puede revelar daños como pueden ser grietas, sin
olvidar la necesidad de pintarlas cada cierto tiempo. Una inspección más a
fondo, llevada a cabo por un técnico, dirá si los bloques y ladrillos están en
buen estado o hay que cambiarlos. Las cornisas o los aleros de la fachada y los
balcones, pueden sufrir el ataque de organismos xilófagos, en concreto los de
madera, así que también conviene revisar periódicamente su estado para
tratarlos y repararlos en caso de que sea necesario. Lo mismo pasa con las
juntas de dilatación, que deben renovarse cuando se deterioran.
OBRAS EN LA AZOTEA
Cada cierto tiempo hace falta
comprobar el estado de las, barandillas, muros parapetos y elementos de
seguridad de las azoteas entre otros elementos que formen parte de este
espacio. También hay que revisar las juntas de dilatación y, si se aprecian
síntomas de deterioro, cambiarlas. Las tejas, los desagües o la
impermeabilización son aspectos que también hay que comprobar cada dos años, ya
que de no hacerlo y tomar las medidas necesarias el edificio puede sufrir
importantes problemas estructurales. Estas actuaciones de revisión y
supervisión debe realizarlas un arquitecto, pudiendo los vecinos ocuparse de
tareas más simples como la limpieza de los desagües o la colocación de las
gravas en las azoteas.
OTRAS OBRAS
El ascensor también requiere un
determinado mantenimiento y obras de adaptación debido a las nuevas normativas
que van surgiendo; lo mismo que la instalación eléctrica del edificio, las
paredes interiores, el garaje, las escaleras y barandillas, la instalación del
gas, calefacción, el portero automático, etc. Reparaciones y obras de
mantenimiento que se deben respetar para no poner en peligro la seguridad de
los vecinos del edificio y sus propiedades. Para cumplir con todas ellas, es
recomendable contar con un administrador de fincas que conozca la legislación,
que gestione con los técnicos competentes,
que se ocupe de todos los trámites,
y se asegure de que se llevan a cabo las actuaciones necesarias.